La miel es un recurso renovable muy importante en las áreas boscosas de Ruanda. Hay un programa en el Parque Nacional de Nyungwe para orientar a los colectores a usar adecuadamente técnicas modernas en combinación con técnicas tradicionales. Las abejas se alimentan en las ricas flores del bosque y luego producen la miel en panales artificiales creados en las afueras del parque nacional, donde las cooperativas de recolectores se benefician del producto y mantienen intacto el bosque.
Las plantaciones de té han crecido en lugares donde el bosque de montaña original floreció durante milenios. Los bosques han sido talados para alimentar a mucha gente que depende de estos cultivos. Pero por otra parte, las plantaciones de té en los límites del parque nacional, ayudan a delimitar claramente los bordes, lo que facilita la guardería y vigilancia, manteniendo alejados a los cazadores y taladores furtivos.
Los bosques tropicales son la fuente más ilimitada de plantas medicinales. La mayoría de ellas no han sido descubiertas, pero el conocimiento tradicional de las culturas ancestrales ha avanzado en este camino. El manejo botánico de estas culturas junto con el crecimiento global del uso de las plantas con estos fines ha permitido a los médicos la creación de jardines mixtos que aumentan sus herramientas para curar.
Cercostachis scandens es una planta muy dominante en los bosques de Nyungwe. Fue muy importante en la dieta de los elefantes, pero el último elefante de Nyungwe fue asesinado en 1999. Desde entonces, la planta se ha convertido en una plaga incontrolada. Florece cada 15 años, y los ancestros dicen que cuando lo hace hay tragedias, epidemias, desastres naturales. La última vez que floreció fue en 1994, año del genocidio.
El agua es la base de la vida. Estamos acá no sólo porque nuestro planeta es rico en agua, sino también porque sus temperaturas oscilan en el intervalo en el que el agua es líquida. Pero somos demasiados, cada vez más y más, por lo que el déficit de agua es el mayor factor de riesgo para la supervivencia humana en un plazo no muy largo. Una increíble cantidad de gente lucha por su vida diariamente: los principales aspectos de la crisis de agua son la escasez de agua útil y la contaminación.
La permanencia de un bosque tropical depende de los dispersores de semillas. Aves y mamíferos de mediano y gran tamaño se alimentan de frutas que la jungla produce, llevando las semillas lejos de sus plantas parentales, garantizando su reproducción y dispersión. Muchos de estos animales han sido cazados y extinguidos; la supervivencia del bosque en el largo plazo está en riesgo. El turismo ecológico en Ruanda -muy organizado- ayuda a salvar a los dispersores y su ambiente.
La mayor parte de la población ruandesa depende de la leña como combustible para cocinar. Esto ha llevado a las junglas y bosques hasta extremos muy riesgosos, reduciendo dramáticamente su extensión original. Varios proyectos están tratando de aumentar el uso de combustibles alternativos, como el gas metano, producido por el tratamiento de los desechos orgánicos de pueblos, escuelas e incluso, cárceles.
Los Grandes Lagos en África son famosos por la riqueza y diversidad de peces. Una gran población alrededor de ellos depende de la pesca para su supervivencia. En Ruanda los bancos de peces están muy deprimidos. La protección y control, particularmente en los parques nacionales y áreas protegidas, ayudan a prevenir la extinción local, aunque aún sigue siendo un recurso muy intensamente utilizado y la talla de los peces es cada vez menor debido a la sobrepesca.
El humedal de Kamiranzovu, en el Parque Nacional Nyungwe, aunque está protegido, permanece en riesgo debido a los deslaves consecuencia de la construcción de la carretera, que llevan lodo a sus prístinas aguas y amenaza con represar el flujo de sus aguas. Los agricultores fuera del parque dependen de éstas para la irrigación de sus cultivos, con un río que fluye desde el Kamiranzovu hasta el lago de Kivu y, finalmente, al lago Tanganyca, ambos Grandes Lagos de la Falla del África.
Los gorilas de montaña son los animales más emblemáticos de Ruanda, símbolo de la conservación ambiental y el turismo ecológico. El Pueblo Cultural Ibiyiwa en Nyabigoma –en las faldas del volcán Sabyinyo- está formado por ex-cazadores furtivos, que han cambiado la actividad ilegal y destructiva por el turismo: muestran a los visitantes sus danzas tradicionales, música, medicina y artesanías, obteniendo mayores ingresos, divulgando su cultura y colaborando con la protección del ambiente.
La naturaleza es un mosaico infinitamente diverso. Cada pieza –animales, plantas, hongos y hasta virus y bacterias- juega un papel trascendente e insustituible. Miles de millones de años han sido necesarios para llegar al magnífico mundo en el que vivimos. Los humanos hemos cambiado su equilibrio hasta una situación más que crítica, en la que todos estamos amenazados. Su indescriptible diversidad de vida está en el mayor riesgo, una diversidad de la que dependemos para alimentación, energía, medicinas, abrigo, recreación, etc. Pero más allá de nuestras necesidades de supervivencia, no tenemos el derecho de destruir esta obra maestra de millones de criaturas.
Es tiempo de decidir. Tenemos que escoger si nuestras actividades y actitudes llevan a la destrucción de la Naturaleza –y de nosotros mismos como parte de ella- o a su preservación. No hay otro rompecabezas como este en todo el universo, ni tendremos una segunda oportunidad. Las piezas están es tus manos.
Esta serie constituye un homenaje a la gente de Ruanda, ese país de las mil colinas y las mil sonrisas. A pesar de su dramática historia y de los muchos problemas que enfrenta, apuesta por una economía verde y políticas alternativas en las que ambos, hombre y naturaleza, puedan beneficiarse el uno del otro; donde el respeto y la preservación de la naturaleza conduzcan a la salud y prosperidad de su población. Nosotros también apostamos por Ruanda, como un ejemplo para el resto del mundo.
El trabajo fue hecho bajo invitación de Art Works for Change y con el apoyo de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para la celebración del Día Mundial del Ambiente 2010, dedicado a la biodiversidad.
Antonio Briceño
Abril 2010